“Aquella radiante mañana de Enero
me crucé, nada más entrar por la puerta, con mi inseparable compañera María, mi
confidente durante más de ocho horas al día, con la que compartía ocho años de compañerismo
en pura esencia. Supo en un segundo, sólo por el brillo de mis ojos y la
energía de mi mirada, que había llegado el gran día, mi momento, la recompensa,
mi triunfo. Ella sabía como nadie, lo duros que habían sido para mí los últimos
dos años de sacrificios, de profundas decepciones y de nuevos retos a superar.
También era ella la que mejor podía entender lo que pasaba entre mi mente y mi
corazón después de la promoción a Sales Executive Manager que el Sr. Niwasad
comunicaría hoy en la asamblea de socios y accionistas. Dos años en los que he
descubierto los súper poderes que tenemos las mujeres en primera persona. Sin embargo, lo que María no podía imaginar
era que ese día había triunfado el corazón y el amor. Por fin, y también
después de dos duros años de análisis, de tratamientos hormonales y de
fecundación, de intentos frustrados, de innumerables resultados negativos… ahora
sí, lo había conseguido. Sí, estaba embarazada.
Quería gritarlo a los cuatro
vientos. Deseaba compartirlo con todos y cada uno de mis compañeros,
colaboradores… cualquier persona con la pudiera cruzarme ese día pero,
sobretodo, había imaginado el momento en el que se lo comunicaría al Sr.
Niwasad en docenas de ocasiones. Ninguna de ellas se acercó a lo que finalmente
ocurrió ese día. Nunca antes había visto una mirada tan fría y distante del Sr.
Niwasad. No pestañeó ni se acercó a mi a menos de un metro de distancia como si
le estuviera comunicando que había contraído una enfermedad altamente
contagiosa. Mis habilidades para superar
reuniones de alta tensión me sirvieron para salir del despacho con temple y sin
derramar una sola lágrima; de nuevo los súper poderes me habían ayudado a salir
airosa de una embarazosa situación, nunca mejor dicho en este caso. Por
supuesto, el nombramiento nunca se produjo. Ese día los miembros del consejo
desconvocaron la reunión por causas aún desconocidas.
A fecha de hoy, y después de
nueve años, afortunadamente sigo ocupando el mismo puesto de Sales Assistant . Y sí, digo afortunadamente porque yo tuve “suerte”; la política
de empresa en esta materia suele ser mucho más contundente y radical.”
Parece mentira que en pleno siglo XXI hayamos
progresado tan poco en materia de prevenir la exclusión laboral que sufren las
mujeres que, bajo la legislación vigente, deciden quedarse embarazadas.
Actualmente en España, así como en la mayoría
de países industrializados, las mujeres constituyen la mitad de la fuerza
laboral. Las leyes las deberían proteger y amparar, pero lejos de eso, desde el
punto de vista del empresario, la mujer embarazada en la empresa, es un grave
problema.
Suponen un problema por el sobrecoste que les
supone suplir su puesto, los riesgos latentes de incapacidad temporal previa en
bastantes embarazos, la propia gestión de plantillas y los reemplazos, entre
otros factores. Dichos problemas, inducen al empresario a tratar de evitar en
medida de lo posible, la contratación de mujeres en edad fértil. Excluyendo así
de manera clara y preocupante, a las mujeres en el ámbito laboral. Estos
problemas además, se agravan en cuanto más pequeña es la empresa, debido a su
menor capacidad de reacción y recursos.
¿Cómo se puede
eliminar esta discriminación de la mujer en ámbito laboral?
El primer paso que nos llevaría a
aproximarnos a la solución del problema, sería una baja maternal simétrica para hombres y mujeres. Actualmente
nuestro sistema de bajas consta de 16 semanas de baja maternal (6 semanas de
postparto obligatorias, el resto compaginables con la pareja), en este periodo
la empresa tiene que seguir cotizando por la trabajadora. Si ambos progenitores
tuvieran el derecho de tener la misma baja maternal en periodos solapados de
tiempo, se eliminaría el primer sesgo de discriminación ya que para el
empresario, supondría suplir el mismo gasto, independientemente del género del
trabajador.
Un segundo avance sería la eliminación de costes laborales en los
periodos de baja maternal. Reformando la legislación actual, de tal manera que
erradicásemos los costes de cotización a
la Seguridad Social durante las semanas de baja maternal, permitiría a
las empresas despreocuparse de la asunción de dichos costes.
Por último, se debería hacer una exhaustiva revisión del contrato de
sustitución por maternidad, el famoso contrato de interinidad. Este implica
lo siguiente, si yo sustituyo a una mujer en baja
maternal, el coste que asume la empresa para ambas trabajadoras en total,
equivale al de una sola persona. El problema viene por los periodos previos a
la sustitución, los cuales no están cubiertos por dicho contrato laboral y no
previenen de la adaptación necesaria al puesto de trabajo de la persona que se
sustituye.
Con estos tres sencillos pasos, cambiaría radicalmente el panorama actual.
Desde Ohma Barcelona estamos extremadamente solidarizados con este hecho que,
desde nuestra pequeña parcela de mundo, llamamos a reevaluar. La discriminación
de la embarazada en el ámbito laboral es un reclamo constante por parte de las
mujeres hacia los empresarios, se deben modificar las leyes y la cultura
organizacional de la mayoría de las empresas para prevenir el bienestar físico
y psicológico tanto de la madre, como del bebé.
#escosadedos
www.ohmabarcelona.com

Me ha encantado el post. Es increíble como una persona puede hundirte un momento tan bonito de tu vida diciéndote simplemente, vaya putada que le haces a la empresa o algo parecido. Un embarazo no es algo negativo pero lamentablemente, en algunas empresas parece que sea lo peor que hayas podido hacer en la vida. Ojalá todo esto cambie y la mujer pueda disfrutar de esta etapa como merece.
ResponderEliminar¡Impresionante relato! Me ha emocionado enormemente la sensibilidad con la que se describe en este relato: el comunicar una noticia tan importante para una mujer con la presión a la que te sometes cuando lo haces.
ResponderEliminarDeberíamos ser más conscientes y luchar por que el hecho de ser madres trabajadoras se reconozca dentro y fuera del ámbito laboral. ¡Gracias a todo el equipo OHMA por abordar temas que nos interesan!